en construcción    

artistas
De la acción a la presentación

volver
> Ocaña (José Pérez Ocaña)
> Pepe Espaliú

> Albert Vidal (a la web)

> ZAJ


> Esther Ferrer
> Juan Hidalgo
> Walter Marchetti

> Espacio P

> Pedro Garhel

> Rosa Galindo


 

Durante la década de los años 50, el interés de los artistas por lo teatral redefine el concepto mismo de teatro. La intención ya no es sólo la de crear una relación directa con el público a través de la interacción, sino de trabajar con esa interacción como hilo discursivo por medio del dispositivo escénico. Se trata de deshumanizar al actor en pro de una penetración voluntaria por parte del espectador que ahora se convierte en testigo o invitado. Un arte de acción como práctica específica y recurso expresivo para diferentes ámbitos disciplinares, donde lo importante es el concepto y no el objeto final. Zaj (1964) con Juan Hidalgo (1927), Walter Marchetti (1931) y Esther Ferrer (1937) como componentes principales a partir de 1972 y Espacio P (1981-1997) formado por numerosos artistas entre los que sobresalen los cofundadores Pedro Garhel (1952-2005) y Rosa Galindo, se encontrarán entre los grupos más destacados de esta disciplina.

Zaj nace como un movimiento musical que desarrolla actividades experimentales relacionadas con el arte del funcionamiento. Sus conciertos empiezan a tomar un carácter teatral naciendo, así, el teatro musical, donde los gestos y la producción de objetos era más importante que el sonido. Se trataba de expresiones silenciosas que disparaban el factor espacial hasta conectarse con el teatro. Había que sacar el arte de su contexto para que fuese la obra la que definiese el espacio y no al revés. Para ello, se hacía una llamada a ese público pasivo que debía integrase en la obra de arte para crear su propia experiencia y ampliar su campo perceptivo. Esta agitación estética en la que se alteraba la relación artista-público inventaba un escenario en el que se cumplía la representación de la existencia.

Esther Ferrer está interesada por el acto de ver y mirar. En sus trabajos, traspone la acción (performance) al objeto (obra plástica) y viceversa para otorgarle una vida autónoma al objeto, fuera de su contexto original. Ferrer busca crear una neutralidad interpretativa que vuelque el interés sobre la acción en sí misma. El cuerpo es su principal herramienta de trabajo, siempre relacionándolo con lo que le rodea, el tiempo y el espacio. En sus performances no hay representación sino una presencia de la que el público es uno de los muchos elementos de acción.

Juan Hidalgo define lo conceptual como algo donde cualquier soporte es válido. En sus acciones, la música y el cuerpo dialogan y se interrogan a lo largo de todo el proceso de creación como seres vivos y cambiantes. Los instrumentos se convierten en objetos, interviniéndolos mínimamente para dar mayor importancia al tiempo y al espacio. Para Hidalgo, los objetos deben tener una significación sencilla, un funcionalismo ausente, para evitar que el público interprete en base a posibles referencias. Se trata de sugerir para activar la imaginación del público.

Walter Marchetti lucha contra la música convencional en pro de una presencia fugitiva que trascendiese al tiempo y al espacio. Un sonido no debe ser una experiencia sino un objeto para el sujeto. Para ello, hay que liberar al sujeto y al objeto de todo pensamiento o lenguaje musical con el fin de abrir la música a la experiencia y a una nueva significación: "Hacer de la abstracción pura algo que se pueda ver".

Espacio P generaba contexto para permitir el acto en un presente contínuo. Un espacio polivalente al que podían acudir todo tipo de personas para producir cualquier tipo de arte. Dos de sus cofundadores fueron Pedro Garhel y Rosa Galindo que, más adelante, realizarán un proyecto conjunto llamado Depósito Dental, para trabajar en los campos de la performance y de la experimentación sonora y vocal. Huían de toda experiencia y conocimiento anterior, centrándose en el concepto de obra como proceso del presente que está por encima del pasado y del devenir. Un concepto de la performance desde su relación con la realidad y la representación de ésta, produciéndose una alteración entre el mundo de las ideas, la memoria colectiva, la memoria electrónica y la realidad. Una estructura interactiva destinada a la participación para reconfigurar el espacio colectivo.

Pedro Garhel trabajaba en y sobre el cuerpo mediante un proceso creativo contínuo que tenía el presente como base. Sus performances discurren acerca de las confluencias recíprocas entre hombre y espacio y la exploración de la condición posbiológica en la que se reconcilia el pensamiento dicotómico entre lo natural y lo artifical. Garhel trabaja con la inmaterialidad y la conectividad del ciberespacio y de los tecnopaisajes digitales y virtuales - analizados como realidades intangibles e inabarcables - y la presencia del autor como el tercer protagonista de la acción. En sus acciones hace uso del objeto para fundirse con él, manipularlo y emanciparse de él, unificando creación y acción.

Rosa Galindo. Sus performances con Garhel unían música, composición y experimentación escénica en una interacción de los objetos con el cuerpo, la voz y el sonido como una obra conjunta y única. Acciones con una constante relación entre espacio, movimiento e imagen para crear una atmósfera que potencia sugerencias, símbolos y sucesos del hombre con la tecnología.

Sara Alfonso Domenech